La carta natal, carta astral, natividad, genitura o rádix es un gráfico de los planetas y su posición de acuerdo a la hora y el lugar exacto de nacimiento de un individuo. Se trata del código del momento en el que una persona ve la luz, al igual que existen gráficos para otros eventos.

El momento en el que se imprime el destino del individuo es el momento de la concepción.
Los primeros horóscopos (del griego ´horos-skopos= mirar la hora) datan del siglo SIV A. C donde encontramos las primeras cartas de horóscopos en tablas de arcilla.

Los sabios antiguos siempre han estado conectados con el conocimiento de la interpretación del Cielo y el movimiento de los astros celestes y cómo esto se conformaba. Podemos remitirnos a los acadios, caldeos Mesopotamia y Babilonia cunas de la astrología, junto con Egipto y también la tradición hindú.

La carta astral es en sí la firma de Dios, la descripción de cómo Dios o la mente universal nos pensó y también es aquello que debemos iluminar en esta vida para trascender.
El Sol es la fuente de luz que filtra la luz a través de un medio que dispersa esta luz y que es húmedo y generador de vida: La Luna. A través de la filtración de la luz de otros planetas en esta esfera sublunar, donde nos encontramos bajo el influjo del Sol y de la Luna, encontramos sentido y orden al aparente caos de nuestro devenir y nuestra existencia en el cosmos.

A través de la interpretación y el darle sentido a tu vida a través de tu carta astral podrás entender qué pautas físicas, psíquicas, emocionales y también circunstancias y legado ancestral vienes a trascender, así como el propósito de vida; se trata de la herramienta de autoconocimiento más poderosa que he conocido hasta el momento en los más de doce años que llevo ejerciendo la profesión de astróloga y explorando todas las herramientas de autoconocimiento a nivel espiritual posibles.

Es común que conozcamos nuestro signo solar, pero somos mucho más complejos que un simple signo.
En el viaje de nuestra carta natal, fotografía del cielo en movimiento del momento de nuestro nacimiento, nos encontramos con diferentes partes de nosotros mismos que se relacionan entre sí y son las siguientes:

El Sol (quién soy, mi camino de individuación), cómo pienso y cómo me comunico (Mercurio), cómo siento y qué necesito (Luna), qué es lo que me gusta y cómo me relaciono con los demás (Venus), cómo me afirmo (Marte), cómo me expando y cuáles son mis creencias y mi expresión más radiante (Júpiter) y donde encuentro mis límites y las pruebas que tengo que afrontar en la vida para superarme (Saturno).

Los siguiente planetas (Urano, Neptuno y Plutón) son generacionales y no son visibles desde la Tierra, por lo que en las lecturas de astrología tradicional son prescindibles. Nos muestran en un aspecto arquetípico el ámbito o el aspecto de nuestra personalidad donde somos originales o trascendemos nuestros propios límites (Urano), de qué manera conectamos con la inmensidad o la totalidad (Neptuno) y qué ámbito de nuestra vida debemos transformar para conectar con nuestro poder personal (Plutón).

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